El exceso de velocidad es la causa que mayores accidentes de tráfico ocasiona y las que más muertes en carretera.
Pero hay un buen número de distracciones que también tienen nefastas consecuencias.
Sólo estando un poco más atentos se podrían reducir significativamente el número de fallecidos al volante.
En este post nos hemos propuestos hacer un repaso a las distracciones más habituales. Tenlas en cuenta y no las cometas porque si lo haces se podrían evitar el 45 por ciento de los accidentes.
No es cierto que las conversaciones ayuden al conductor a no quedarse dormido. Le pueden distraer sobre todo si éstas giran en torno a temas importantes. Pero quizá lo más importante, si se habla con el conductor es procurar que no entre en contacto visual con su interlocutor. Una cosa también muy importante es evitar cualquier tipo de discusión. El conductor pierde la concentración.
Es muy frecuente que cuando se viaja con niños se echen repetidos vistazos a los asientos traseros. Y esto es muy peligroso porque se pierde contacto visual con la carretera durante unos instantes que pueden ser cruciales. Lo más recomendables es que los niños vayan tranquilos y sin jugar en el interior del vehículo. Siempre es aconsejable que, si hay niños, haya otra persona con el conductor que se ocupe de ellos.
El navegador se ha convertido en un elemento indispensable pero debemos ser consciente de que estas tecnologías deben ayudar y no ponernos en peligro. Son demasiados los conductores que todavía lo manipulan con el coche en marcha.
No se puede hablar por teléfono si no es con el manos libres. Y estos manos libres han de estar homologados. El móvil es otra herramienta que puede ser muy útil si se utiliza con el debido sentido común. En caso de accidente o avería con él se puede establecer comunicación con las aseguradoras de coche o con los servicios de asistencia en carretera. Abstenerse también de utilizar las aplicaciones de mensajería instantánea que tantos quebraderos de cabeza están acarreando.
¿Tienes hambre o sed? No comas o bebas dentro del vehículo. Para en una estación de servicio y hazlo. De paso te servirá para hacer unos pequeños estiramientos para aliviar la tensión del viaje. Si bebes o comes mientras conduces lo que va a ocurrir con toda seguridad es que en un determinado momento no vas a tener las dos manos en el manillar con el consiguiente peligro que ello conlleva.
Si fumas pierdes concentración. Y esto está más que demostrado. En primer lugar has de sacar el cigarrillo de paquete, buscar el mechero y encenderlo y sujetarlo. Es evidente que no vas a tener las dos manos en el volante. Es evidente también que en un habitáculo tan pequeño el humo del tabaco incluso perjudica más, sobre todo a tus acompañantes.
Has salido con las gafas de vista y de pronto te das cuenta de que necesitas las del sol y te pones a buscarlas por tu chaqueta, tu bolso…. De repente no te acuerdas dónde están las llaves de tu casa y empiezas a buscarlas también. Estas son distracciones que llevan a tener accidente de una manera más habitual de la que nos podemos imaginar. Igual que si tienes hambre o sed para a buscar estos objetos.
Si estás cansado no puedes conducir. Pierdes muchos reflejos. Si ves que estás agotado no inicies el viaje. Y si lo has hecho para y descansa. También provoca muchos accidentes el hecho de estar preocupado por algún tema e ir dándole vueltas sin parar. También te va a quitar reflejos y vas a perder de vista muchas de las señales de tráfico de la carretera.
Estos son algunas de las distracciones más frecuentes y que también causan accidentes además del exceso de velocidad. Tenlas en cuenta.
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