En España, a lo largo de los últimos 20 años, han surgido
algunos movimientos para que se
incrementen los límites de velocidad en autopistas y autovías.
Algunos colectivos de automovilistas se han manifestado para que la velocidad permitida fuera de 140 kilómetros por hora.
Argumentan que la de 120 es una velocidad anacrónica, que no se corresponde con la actual potencia de los coches.
En su contra, hay otros muchos colectivos que dicen que aumentar
la velocidad en los coches más modernos, aunque sólo fuera en algunos tramos, podría incrementar el número de víctimas
mortales en la carretera.
Es cierto que venimos de un verano de 2023 en el que las cifras de muertes en carretera han aumentado y no disminuido como debería ser lo más lógico teniendo en cuenta la implantación de los asistentes de conducción.
No es menos cierto que España es el país europeo con el parking automovilístico más antiguo y que esa penetración de los sistemas inteligentes de conducción es más lenta de lo que en un principio debería ser.
Hay otros colectivos que indican que aumentar la velocidad a 140 no tan sólo supondría un riesgo para la seguridad vial, sino que aumentaría la contaminación ambiental.
Y que no está este tema ahora mismo para bollos.
La Dirección General de Tráfico, con su correspondiente
Ministerio –que es, al fin y al cabo quien va a marcar los límites de
velocidad- siempre se ha mostrado en
contra de incrementar el límite de velocidad.
Todo lo contrario. Se han realizado pruebas completamente distintas e incluso hace una década se bajó de 120 a 110 con las protestas de todo el mundo. Una medida que sólo duró cuatro meses y que supuso un buen desembolso económico nada más cambiando las señales que indicaban los nuevos límites.
Pero hay que estar atentos a los nuevos movimientos que se están produciendo en algunos países europeos y que podemos leer en revistas como Xakata o Motorpasión.
¿De qué países estamos hablando? Pues en concreto de la República Checa y de Italia. Atención porque en estos dos países la velocidad es ya más alta que en España. Se permite circular a 130 (siempre estamos hablando de autopistas y autovías).
Parece que la República Checa ya lo tiene hecho puesto que se ha votado en su Parlamento. Habrá un periodo de dos años de prueba y existirá un sistema para reducir la velocidad en caso de que las inclemencias meteorológicas lo aconsejen.
En estos dos años se va a comprobar si los accidentes de circulación están relacionados directamente con la velocidad o hay otros motivos.
En Italia andan tras esta idea pero el proyecto está muy poco avanzado. Su ministro de transportes ya ha dicho que los límites son anacrónicos teniendo en cuenta la industria actual.
Este ministro considera que las autopistas y autovías en
Italia son muy seguras y que, tal y como ocurre en España, el
grueso de los accidentes se producen en carreteras convencionales.
Estos dos países andan mirando el ejemplo de Alemania que en determinadas autopista ha eliminado todo límite de velocidad, si bien es cierto que se recomienda circular a 130 kilómetros por hora.
En la mayoría de los países europeos, el límite de velocidad en carreteras es superior a 120.
14 países han
establecido un límite de 130.
Entre los países mediterráneos, como Francia, Italia, Grecia y Croacia, la mayoría también ha optado por esta velocidad más alta, mientras que España y Portugal han mantenido su límite en 120.
No obstante, Polonia
y Bulgaria lideran la lista con un límite de velocidad de 140 km/h.
Sin embargo, la propuesta de República Checa e Italia no necesariamente establecerá un precedente en Europa.
Esto se debe a que las nuevas tecnologías en vehículos están enfocadas en la dirección opuesta.
Un ejemplo de esto es el Asistente Inteligente de Velocidad, que se ajusta automáticamente a la velocidad máxima permitida en la carretera para evitar excederla. A partir de 2024, este sistema será obligatorio en todos los automóviles nuevos.
Sea como sea, España continúa siendo el país que más despacio circula. Y, desde luego, a pesar de los movimientos en determinados países europeos, no se está contemplando la posibilidad de que cambien los límites de velocidad.
Ya hemos dicho a lo largo de este post que la Dirección General de Tráfico siempre se ha mostrado contraria a subir el límite. Es más, en determinadas circunstancias, ha hecho todo lo contrario.