Comprar un coche de segunda mano es una buena manera de cambiar de vehículo. Pero, eso sí, hay que tener ciertas precauciones para que esta compra sea segura.
Que no nos den gato
por liebre.
Según recoge la Dirección General de Tráfico el año pasado se vendieron casi dos millones de ocasión en España. La mitad fueron entre particulares.
Estas son precisamente las que más preocupan porque no se
sabe a ciencia cierta quién va a
verificar que el coche tiene todos los parámetros adecuados para circular
seguro.
Lo que está claro es que nosotros mejor que nadie sabemos qué uso le vamos a dar a ese vehículo que vamos a comprar de segunda mano para adaptarlo a nuestras necesidades. Pero con la seguridad no se juega.
Los costes son de lo más importantes en el caso de los coches de segunda mano.
Hay que saber si una determinada pieza está a punto de cumplir su ciclo de vida útil.
Imaginemos que compramos un coche y nada más pagar hay que cambiar un embrague. El coste de compra se va a incrementar. Y, atención, porque esto puede ser solo el principio.
¿Qué es lo que se debe revisar antes de extender el coche? Lo mejor sería ir a un taller mecánico de confianza. Pero si por cualquier motivo esto es imposible lo más aconsejable sería:
· Realizar una inspección visual del coche tanto en su exterior como en su interior.
· Revisar la mecánica en un taller para comprobar el estado de las piezas y el desgaste del motor.
· Echar un vistazo a conciencia de neumáticos, frenos y suspensiones.
· Verificar si el automóvil ha sufrido averías importantes en el pasado.
Evidentemente, todos estos aspectos pueden hacer variar el precio que se va a pagar por el coche e, incluso puede conllevar la suspensión de la compra.
Miguel Serrano, vicepresidente de la Federación de Asociaciones de Consumidores de Andalucía (FACUA) ha explicado en la revista de la DGT que "en un acuerdo entre particulares, estaríamos ante lo que pactemos en un contrato de compraventa, siempre por escrito. Cuidado con qué se firma, qué responsabilidades se contraen y en qué condiciones. En cambio, con un concesionario sí tenemos posición de consumidor y la ley sí da una garantía legal de reparación, sustitución o resolución del contrato".
Vamos a hacer un pequeño repaso de todo lo que se debería revisar:
· Una inspección visual del exterior para comprobar que no exista ningún daño.
· Una inspección del interior. Nos tenemos que fijar en el salpicadero, el cambio de marchas. Muy importante fijarse en los anclajes de los cinturones, sobre todo si vamos a utilizar el coche con niños.
· Abrir y cerrar todas las puertas y el capó así como el maletero. Es la manera de comprobar que la carrocería no está descuadrada. Es conveniente fijarse en el estado de todos los cristales
· Es conveniente hacer una prueba en marcha y comprobar que no se oigan ruidos.
· Por supuesto hay que fijarse cuando se ha pasado la ITV.
En cuanto a una revisión mecánica es conveniente que:
· Comprobar el estado del motor y que no exista ninguna fuga. Comprobar el ruido del motor al ralentí.
· Correa de distribución, que debe ser cambiada a los 100.000 kilómetros. Ojo con este punto porque la avería es muy costosa.
· Amortiguadores. Importante que se compruebe el estado.
· Ruedas. Porque dan mucha información sobre cómo se ha usado el coche en los últimos años.
· Los frenos. Uno de los sistemas más importantes del vehículo.
· Hacer una comprobación de que todas las luces funcionan correctamente.
Una de las preguntas interesantes a hacer es cuántos kilómetros tiene el coche. En el afán de vender, algunos vendedores han manipulado el cuenta kilómetros, lo que constituye, sin duda, una estafa.
Un último consejo es verificar toda la documentación del vehículo. Que tenga la ITV correctamente pasada, que haya satisfecho las cuotas del seguro y, por supuesto, acudir a un gestoría para cambiarlo de nombre cuanto antes mejor.