Como ya se ha comentado en artículos anteriores, los precios de los seguros de ciclomotor, coche o motocicleta están basados principalmente en los índices de siniestralidad que tienen cada tipo de vehículo a nivel particular, y no se rigen por la siniestralidad general de los automóviles.
Es por ello por lo que dependiendo de cada tipo de vehículo las compañías establecen unos precios diferentes, pues en base a la cantidad de accidentes que tiene cada especie de vehículo y el coste que estos suponen para la aseguradora en términos de indemnizaciones, se sitúan los precios de las primas.
Es cierto que un coche con potencia para alcanzar altas velocidades por encima de los 200 kilómetros por hora y con capacidad para llevar hasta a cinco personas, puede tener un accidente que, además de resultar más costoso a nivel material por el elevado precio de este tipo de vehículos, puede ser la consecuencia de indemnizaciones infinitamente superiores a nivel personal si los ocupantes del vehículo resultaran heridos.
Por otro lado, si hablamos de motocicletas, el riesgo puede ser considerado incluso superior al del coche, pues si bien es correcto que en el coche pueden circular más ocupantes que en una moto, un accidente de una motocicleta suele ser más dañina para el conductor de este vehículo que para otros tipos de vehículos.
Pese a estas dos afirmaciones, lo cierto es que ambos tipos de vehículos, por su bajo rango de siniestralidad, permiten a las aseguradoras reducir el precio del seguro y ajustarlo al máximo, pues las compañías continuarán teniendo buenos resultados económicos pese a los bajos precios.
Precisamente en el punto opuesto se encuentran los ciclomotores, el tipo de vehículo a motor con menos potencia del mercado y el cual es, además, el medio de transporte a motor más barato que se puede adquirir.
Frente a la ventaja del precio del vehículo, algo muy ventajoso para conductores jóvenes o con recursos económicos limitados, se encuentra sin embargo la desventaja del precio del seguro de ciclomotor, que aunque es en ocasiones muy reducido, puede ser un precio que parezca injusto en comparación con otros seguros de automóviles.
El ejemplo más claro lo encontramos en la comparación con el seguro de motocicleta, que es habitualmente más económico que el seguro de ciclomotor, algo que resulta extraño si tenemos en cuenta la similar morfología y la potencia notablemente superior de las motos grandes.
El índice de siniestralidad, la clave
Y es que como ya hemos comentado, la diferencia de precios se debe en su precisamente a la siniestralidad, pues aunque en vehículos de superior tamaño y potencia pueden ser más peligroso, son las estadísticas las que quitan la razón a esta teoría, ya que es el ciclomotor el vehículo con más siniestralidad en la actualidad, aunque esa siniestralidad sea con indemnizaciones más reducidas que otros casos.
La explicación a esta siniestralidad se puede encontrar en primer lugar en el tipo de conductores que más utilizan los ciclomotores, habitualmente conductores jóvenes con poca experiencia en la carretera y quizás menos precavidos.
Por otro lado, el ciclomotor, al ser un vehículo que circula la mayoría del tiempo por ciudad, tiene siempre una mayor predisposición a tener un pequeño accidente, que aunque no sea de gravedad, aumenta el rango de siniestralidad del tipo de automóvil.