¿Qué porcentaje de víctimas en carretera dan positivo en alcohol? ¿Se mezcla con otras sustancias? ¿Cuál es el perfil del consumidor? Lo averiguamos.
El Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses (INTCF) ha dado a conocer su informe anual sobre las víctimas mortales en siniestros viales registrados durante el año 2024.
Un análisis exhaustivo basado en más de 1.100 autopsias practicadas a conductores y peatones fallecidos pone el foco en la persistente presencia de alcohol y drogas como factores determinantes en los accidentes de tráfico.
Según este estudio, el alcohol continúa siendo la sustancia más frecuentemente detectada en los conductores que perdieron la vida en carretera.
Pero el dato no se queda ahí: es habitual la combinación de alcohol con otras sustancias como drogas ilegales o psicofármacos, una mezcla especialmente peligrosa.
De los 937 conductores analizados mediante pruebas toxicológicas, 452 dieron positivo por al menos una sustancia.
Esto supone un alarmante 48% del total. Las sustancias detectadas abarcan desde el alcohol hasta drogas de abuso como la cocaína y el cannabis, además de medicamentos psicotrópicos.
Uno de los aspectos más relevantes del informe del INTCF es el incremento en la presencia de alcohol entre los fallecidos al volante.
En 2024, el 34,4% de los conductores fallecidos presentaban alcohol en sangre, un aumento respecto al 32,7% registrado en 2023.
Más preocupante aún es que dos de cada tres de estos casos superaban con creces el límite penal de 1,2 gramos por litro de sangre, lo que implica un estado de intoxicación muy grave y, por tanto, un elevado riesgo al conducir.
A diferencia del alcohol, el consumo de drogas ilegales entre los conductores fallecidos mostró un descenso notable: pasó del 22,7% en 2023 al 16,4% en 2024.
De los casos positivos por drogas, el 59% correspondía al consumo de cocaína y el 43% al de cannabis. Estos datos revelan una tendencia iniciada tras la pandemia: el consumo de cocaína ha superado al de cannabis en siniestros viales mortales.
En cuanto a los psicofármacos, también se ha observado una bajada en su presencia, del 15,7% al 11,4%.
Sin embargo, dentro de este grupo, destaca el incremento en el consumo de antidepresivos: el 51% de los casos positivos se debía a este tipo de fármacos, frente al 41% registrado el año anterior. La presencia de benzodiacepinas se mantiene estable.
El informe señala que el 13% de los conductores fallecidos había consumido tanto alcohol como drogas.
Además, en el 3,1% de los casos se detectó una combinación aún más peligrosa: alcohol, drogas y psicofármacos al mismo tiempo. Este tipo de policonsumo multiplica los riesgos y consecuencias en la conducción.
El perfil mayoritario del conductor fallecido que dio positivo en el análisis toxicológico es el de un hombre. Concretamente, el 88,8% de los positivos correspondía a varones. Cerca de la mitad conducía un turismo y más de un tercio una motocicleta.
Respecto a la edad, el grupo más afectado fue el de entre 25 y 34 años, que representó el 24,1% de los casos.
Otro dato interesante es la variación en los días de los siniestros: si en 2023 los positivos se concentraban en fines de semana y festivos, en 2024 se observa un cambio, con más casos registrados durante jornadas laborables entre los jóvenes de 25 a 34 años.
El análisis toxicológico no se limitó a los conductores. El estudio también evaluó a 195 peatones fallecidos por atropello, y los resultados son igualmente reveladores: el 42,6% de ellos presentaban alcohol, drogas o psicofármacos en su organismo.
Esta cifra, aunque alta, supone un descenso significativo respecto al 58,5% de 2023, volviendo así a niveles más habituales.
El alcohol estuvo presente en casi uno de cada tres peatones (23%), mientras que el 19,5% había consumido psicofármacos y el 11% drogas.