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¿Cuántas víctimas mortales ha habido en las carreteras españolas durante el verano de 2025? Lo vemos de inmediato en las siguientes líneas.
Durante los meses de julio y agosto de 2025, la siniestralidad vial ha registrado una evolución positiva respecto al verano anterior.
A pesar del incremento en la movilidad, con más de 100 millones de desplazamientos de largo recorrido, el número de fallecidos en accidentes de tráfico ha disminuido en un 6%, con un total de 228 víctimas mortales.
Este dato supone 15 muertes menos que en el mismo periodo de 2024, consolidando una tendencia a la baja en la mortalidad en carretera.
Este descenso se produce en un contexto de aumento de la movilidad. En total, se han contabilizado 100,5 millones de desplazamientos de largo recorrido por carretera, lo que representa un 2,77 % más que en el verano anterior.
Esta cifra no solo supera las previsiones iniciales, sino que también constituye el mayor registro histórico desde que se recopilan estos datos.
El mes de agosto concentró la mayor parte del aumento en los desplazamientos, con 52 millones de movimientos, lo que representa un 2,78 % más en comparación con el mismo mes de 2024.
Por su parte, en julio se contabilizaron 48,5 millones de trayectos, con un incremento del 2,76 %.
El día con más actividad en carretera fue el viernes 1 de agosto, con 2 millones de desplazamientos, mientras que el sábado 5 de julio fue el día más tranquilo, con solo 1,3 millones.
Un factor decisivo en este aumento de movilidad ha sido la Operación Paso del Estrecho, que hasta el 31 de agosto contabilizó el paso de 820.633 vehículos por territorio español, un 7,9 % más que el verano anterior.
Además, el tráfico hacia Portugal a través de la frontera francesa también creció, alcanzando los 244.816 vehículos, lo que supone un incremento del 15,4 % respecto a 2024.
El balance de siniestralidad en el verano de 2025 refleja una mejora significativa en la seguridad en carretera.
La cifra de 228 fallecidos supone no solo una reducción absoluta, sino que también supera la media europea de mejora en este ámbito, situada en torno al ±3 %.
Esta evolución positiva se explica, en parte, por una ligera subida en julio —que pasó de 110 a 114 fallecidos— compensada por un notable descenso en agosto, que bajó de 133 a 114 víctimas mortales.
Además, en cuatro días del verano no se registraron muertes en carretera, un hecho que solo se ha dado en cinco ocasiones dentro de la serie histórica.
Cabe destacar un siniestro particularmente grave ocurrido en Sisante (Cuenca), donde perdieron la vida cinco personas, un hecho que no se producía desde el verano de 2014.
La disminución de los fallecimientos ha sido generalizada, afectando tanto a autopistas y autovías como a carreteras convencionales.
En las primeras, se registraron 55 fallecidos, nueve menos que en 2024, mientras que en las vías convencionales —donde se produce el mayor número de accidentes mortales— murieron 173 personas, seis menos que el año anterior.
Especial mención merecen los llamados usuarios vulnerables, como peatones, ciclistas y motoristas, quienes también vieron reducido el número de víctimas.
En total, este grupo registró 101 fallecidos frente a los 117 del verano anterior.
En el desglose, se contabilizan 20 peatones (cuatro menos), nueve ciclistas (siete menos) y 72 motoristas (cuatro menos).
En términos porcentuales, representaron el 44 % del total de fallecidos, una ligera reducción respecto al 48 % de 2024.
El verano de 2025 ha sido testigo de una combinación inusual pero esperanzadora: más tráfico en las carreteras y menos muertes por siniestros viales.
Esta mejora refleja el impacto positivo de las políticas de seguridad vial, los controles en carretera y la concienciación ciudadana.
Aun así, no se puede bajar la guardia. El elevado volumen de desplazamientos, especialmente durante operaciones especiales como la del Paso del Estrecho, demuestra que la red viaria está al límite en algunos periodos del año.
Por ello, continuar invirtiendo en infraestructuras, educación vial y tecnologías de prevención resulta crucial para mantener e incluso mejorar estas cifras en el futuro.
En definitiva, la evolución de la siniestralidad vial en verano sigue siendo un indicador clave de la salud de nuestra red de transporte. Y aunque los datos de 2025 permiten cierto optimismo, el objetivo sigue siendo claro: lograr cero víctimas en carretera.