El latigazo cervical es una de las lesiones más comunes después de un accidente de tráfico y se puede producir por leve que sea éste.
En este post nos
hemos propuesto analizarlo desde todos los puntos de vista.
Veremos qué es lo que pagan las aseguradoras por este concepto, en qué consiste, qué efectos tiene y por supuesto algunos consejos para minimizar sus consecuencias.
Creemos que es un post muy interesante, así que te animamos a leerlo hasta el final.
El latigazo cervical, también conocido como esguince cervical, es una de las lesiones más comunes tras un accidente de tráfico.
Afecta aproximadamente al
34,5 por ciento de los lesionados.
En el año 2023, de las 116.500 personas atendidas por esta dolencia, 21.242 tuvieron algún tipo de secuela, según datos proporcionados por la Unión Española de Entidades Aseguradoras y Reaseguradoras (UNESPA).
Esta situación ha generado importantes costes tanto en términos de indemnizaciones, que ascendieron a 65,3 millones de euros, como en la asistencia sanitaria necesaria, con un importe cercano a los 77 millones de euros, según la patronal del Seguro.
El latigazo cervical se produce por un movimiento brusco del cuello.
Se trata de una flexión y una extensión involuntarias. Genera un traumatismo menor en la columna cervical.
Este tipo de lesión es especialmente frecuente en accidentes de tráfico debido a la inercia que se produce en choques a bajas velocidades, pero no es exclusivo de este tipo de incidentes.
Otras situaciones, como los accidentes deportivos, laborales o las caídas, también pueden provocarlo.
Este fenómeno es tan común que se presenta incluso a velocidades superiores a los 10 km/h, lo que explica su alta frecuencia en las consultas médicas y explica también que representa hasta un 10 por ciento de las atenciones en servicios de urgencias de traumatología.
La severidad de las lesiones derivadas del latigazo cervical puede variar según la intensidad del movimiento
Puede ir desde un
dolor leve y rigidez en el cuello hasta problemas neurológicos más graves.
Un informe realizado por Alejandro Vicente Baños, titulado "Epidemiología y repercusiones socioeconómicas del Síndrome de Latigazo Cervical", y citado en la revista de la DGT, revela que las mujeres tienen hasta un 20 por ciento más de probabilidades de sufrir esta lesión en comparación con los hombres.
Esto se debe, en parte, a las diferencias en la postura al sentarse y a una menor fuerza muscular en el cuello.
Además, los sistemas de retención y las pruebas de impacto de los vehículos han sido diseñados históricamente desde una perspectiva masculina.
A pesar de la frecuencia con la que se presentan estas lesiones, los avances tecnológicos en la industria automovilística han logrado reducir el impacto de los accidentes de tráfico en el cuello y la cabeza.
Elementos como los reposacabezas ajustables, los airbags y los cinturones de seguridad con frenado gradual han mejorado la protección.
Los sistemas de frenado automático también juegan un papel importante en la prevención de accidentes, lo que, a su vez, reduce la incidencia de latigazo cervical.
Sin embargo, a pesar de las mejoras tecnológicas, la forma más eficaz de prevenir estas lesiones sigue siendo mantener una conducción segura.
Respetar la distancia de seguridad entre vehículos y conducir de manera preventiva son recomendaciones clave para evitar este tipo de lesiones.
Para minimizar el riesgo de sufrir un latigazo cervical te aconsejamos que tanto conductores y pasajeros se ajusten correctamente el asiento y el reposacabezas.
La cabeza debe estar en contacto con el centro del reposacabezas, lo que impide que el cuello y el cuerpo se muevan a diferentes velocidades en caso de un choque.
El cinturón de seguridad debe estar colocado correctamente, ajustado al cuerpo y apoyado sobre el hombro para evitar que el cuerpo se impulse hacia adelante de manera descontrolada.
Conducir a una distancia adecuada del vehículo que nos precede también es una medida fundamental.
Esto permite reaccionar a tiempo ante frenadas bruscas, evitando choques por alcance que son una de las principales causas del latigazo cervical.
En cuanto a los niños, los
sistemas de retención infantil homologados eliminan prácticamente el riesgo de
que sufran este tipo de lesión.
En resumen, el latigazo cervical es una lesión frecuente en los accidentes de tráfico, pero su incidencia puede reducirse significativamente mediante el uso correcto de los sistemas de seguridad en los vehículos y la adopción de hábitos de conducción también seguros.
Aunque los avances tecnológicos han mejorado la protección de los ocupantes de los vehículos, la responsabilidad individual al volante sigue siendo la principal medida para prevenir estas lesiones.
Ajustar correctamente el asiento, el reposacabezas y el cinturón de seguridad son acciones simples, pero efectivas para evitar secuelas más graves en caso de accidente.