Hoy en día los jóvenes españoles tienen cada vez más difícil ponerse al volante de un vehículo, no porque las normas de tráfico hayan cambiado en los últimos años, sino porque el panorama al que se enfrentan a la hora de hacerse con un carnet de conducir, comprar un coche o incluso sacarse un seguro se hacen tan complicadas que resulta casi imposible llegar a circular en igualdad de condiciones con el resto de conductores.
Prueba de ellos es el brutal descenso de jóvenes en las
carreteras que se ha podido ver durante los últimos siete años, principalmente
desde el inicio de la crisis económica, y que ha llevado a rebajar en un 31 por
ciento el número de conductores menores de 25 años desde el año 2009, según un
estudio realizado por Segurojoven.com en el mes de mayo, algo que también
corrobora un informe de la consultoría PONS Seguridad Vial que cifra este
descenso en torno al 50 por ciento desde el año 2008.
Pero los problemas que se le plantean a un joven no son
únicamente económicos como consecuencia de la crisis, sino que las
circunstancias generales llevan irremediablemente a esta situación. ¿Cuáles son
estas circunstancias?
1.
Precio al
alza del carné de conducir: Un reciente estudio dado a conocer
por la consultoría PONS Seguridad Vial ha llegado a la conclusión de que el
negocio de las autoescuelas es un modelo al alza que ha hecho aumentar en un 16
por ciento el número de centros de enseñanza, algo que sin embargo, lejos de
favorecer a la bajada de precios, ha dejado los precios estancados o incluso
superiores a los de antes de 2008, además de que el precio de las tasas de examen
han incrementado su valor al menos en el valor del IPC.
2.
Elevado
precio del seguro: La siniestralidad de los jóvenes conductores sigue
siendo muy importante respecto a la del resto de conductores de edades
superiores y esto siempre se ve reflejado en las primas que las compañías
aseguradoras establecen para aquellos que no sobrepasan los 25 años de edad, un
momento en el que prácticamente la totalidad de las empresas del sector
levantan la mano para mejorar las condiciones de aseguramiento a los
conductores.
3.
Falta de
ayuda a la compra de vehículos: Una vez sacado el carné de conducir
es imprescindible tener un coche con el que moverse y este es otro de los
mayores problemas para un conductor inexperto. En la actualidad, a pesar de que
el Gobierno ha incentivado la venta de vehículo nuevo para aquellos que quieren
renovar su coche antiguo, estos planes nunca llegan a ser efectivo para
conductores primerizos, pues estos no tienen nunca un coche previo. Esto hace
también que el coche de segunda mano tenga un valor superior y, por otro lado,
tampoco se han preparado planes de ayuda a venta para jóvenes ni de coches
nuevos ni de ocasión.
4.
Falta de
acceso al mercado laboral: Seguramente todos los problemas podrían resumirse en
la falta de recursos económicos de los más jóvenes, que viene propiciada
directamente por la falta de acceso a un trabajo que proporcione dichos
recursos. El carné de conducir podría llegar a ser una de las cuestiones en las
que la administración pública debería dar facilidades a los conductores jóvenes, especialmente porque
estar en posesión de dicho permiso facilita la inserción laboral y, en este
sentido, la falta de recursos económicos redunda en una desigualdad entre los
que pueden y los que no pueden costeárselo.