No hay nada mejor que poner la cruda realidad en la cara de alguien para conseguir convencerle de forma directa de lo que debe y no debe hacer tanto por su bien como por el de los demás. Es exactamente lo que ha hecho Responsible Young Drivers, una asociación belga formada por jóvenes conductores voluntarios de entre 17 y 29 años para convencer a los más inexpertos de que conducir mientras se conduce un vehículo no debe ser nunca una opción a tener en cuenta.
Esta asociación, que fue fundada por un hombre que perdió a
su hijo en un accidente de tráfico, ha querido poner a prueba la pericia de
jóvenes que estaban en trámites de obtener el carné de conducir obligándoles a
escribir una frase en su teléfono móvil mientras conducían por un circuito
cerrado donde no corrían peligro de colisión.
Para realizar esta prueba, un supuesto examinador hacía creer
a los conductores que una nueva orden ministerial obligaba a pasar una última
prueba para obtener el carné. Alguno de los examinados, como es lógico, no
podía creer que las autoridades de tráfico exigieran este nuevo examen y llegó
incluso a pedir que le enseñaran la documentación, pero el actor que encarnaba
al examinador tenía un documento, falso obviamente, que acreditaba dicha
obligación.
Sin tiempo para más comienzan las pruebas que en este caso no
pueden ser más reveladoras. El primero de los conductores no puede creer lo que
ve y se frota los ojos. "La gente se va a estrellar" asegura, pero se dispone a
comenzar la prueba.
Hasta cinco conductores jóvenes pasan la misma prueba
mientras el examinador les dicta diferentes frases y les pide que atiendan a la
correcta escritura, pero en todos y cada uno de los casos se dan los mismos
resultados: frenazos, volantazos y choques.
Uno de los conductores señala "Me siento idiota por no poder
conducir". "No tengo ni idea de lo que estoy escribiendo" señala otro, a la par
que indica lo peligroso que resulta lo que el examinador está pidiendo, pero el
actor sigue presionando y dice "Vas a suspender el examen por no escribir bien
en el móvil".
Uno tras otro, los aspirantes llegan a conclusiones parecidas
"no puedo hacerlo", la gente morirá en la carretera" o "no puedo hacerlo" son
frases comunes a todos los conductores, hasta que uno sentencia "si esto comienza
a estar permitido yo no conduciré".
La campaña publicitaria termina con una pantalla en la que
como si de un mensaje de texto se tratara la asociación indica estar de acuerdo
con los jóvenes que ven en esta falsa medida una locura para la seguridad. Sin
duda una gran campaña que pone de manifiesto una realidad por la que cada vez
mueren más personas en la carretera.