Diferentes datos proporcionados por la Asociación Empresarial del Seguro, más conocida como UNESPA, y la Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones (DGSFP) señalan que el número de trabajadores que las empresas aseguradoras tienen en plantilla en España es de menos de la mitad de aquellos que se dedican a la mediación entre cliente y aseguradora, bien sea de forma autónoma, a través correduría u otros medios.
Estos datos ponen de manifiesto cómo el principal negocio de las grandes aseguradoras internacionales está en España desarrollado por
mediadores, que a la vista de los datos se puede presuponer que es un modelo de
negocio mucho más rentable de lo que podría ser una venta directa, pues el
coste de infraestructura parece ser lo suficientemente importante para recurrir
a la mediación.
Concretamente, los datos de la DGSFP apuntan que entre
auxiliares y mediadores el número de trabajadores superan los 100.000, teniendo
en cuenta que hay más de 70.000 agentes exclusivos registrados en el órgano de
control, más de 16.000 agentes externos y otros conceptos como corredores,
corredurías y otras autorizaciones.
Sin embargo, las condiciones laborales de los empleados de
aseguradoras y los mediadores son bien diferentes, pues están regidos por
convenios laborales muy dispares, además de que los seguridad laboral está
mucho más afianzada para aquellos que trabajan en las grandes marcas de seguros
que para los que lo hacen de forma externa.
Concretamente, tal como expresan los datos de UNESPA, casi
la totalidad de los que trabajan para empresas aseguradoras tienen contrato
indefinido, mientras que tan solo el 2 por ciento tienen otro tipo de contrato
con menos estabilidad. Además, este dato
de empleo parece ser sostenido, pues las aseguradoras señalan que han mantenido
estabilidad den el empleo desde el principio de la crisis manteniendo
plantillas cercanas a los 50.000 trabajadores, principalmente concentrados
entre las ciudades de Madrid y Barcelona.
Por el contrario, según los últimos datos obtenidos, la
mayor parte de los que se dedican a la mediación en cualquiera de sus
modalidades tienen contratos lo hacen de forma autónoma, algo que obviamente
empeora las condiciones laborales al ser trabajadores que no tienen derecho a prestación por desempleo
y no gozar de otras ventajas de las que si gozan los empleados por cuenta ajena.
La razón de esta situación puede radicar probablemente en la
rentabilidad de las empresas aseguradoras, que encuentran más interesante en
términos económicos el pago de incentivos a mediadores que el mantenimiento de
una plantilla, que a la larga puede ser más costoso que un trabajador de forma
externa como un mediador o corredor.
En estos datos no se incluye, por supuesto, la estabilidad de
aquellos que trabajan para corredurías y empresas de mediación, que pueden
llegar a tener la misma estabilidad en una empresa de este tipo que en una
aseguradora, dedicándose ambas a la venta de seguro, una en exclusiva de una
marca y otra como agente de diferentes marcas que puedan ser interesantes para
los clientes.