
¿En qué porcentaje se han incrementado los accidentes laborales con patinetes y bicicletas? ¿Cómo reducirlos? Te lo vamos a contar en las siguientes líneas.
En los últimos nueve años, el número de accidentes laborales relacionados con el uso de bicicletas y patinetes ha experimentado un crecimiento del 208,7%, si comparamos los datos registrados en 2016 con los de 2024.
Este incremento pone de relieve una tendencia creciente en el uso de estos vehículos para los desplazamientos cotidianos, especialmente en trayectos vinculados al entorno laboral.
En contraste, aunque los accidentes laborales en motocicleta han descendido ligeramente —con una reducción del 7%—, este tipo de vehículo sigue representando un porcentaje preocupante dentro de las estadísticas de siniestralidad laboral.
En concreto, las motocicletas están implicadas en el 15,3% de los accidentes laborales de tráfico con resultado mortal, lo que las sitúa como el tercer vehículo con mayor número de fallecimientos en este contexto.
Buena parte de los accidentes laborales relacionados con vehículos de movilidad personal tienen lugar durante los desplazamientos entre el domicilio y el lugar de trabajo.
Este tipo de trayecto, conocido como in itinere, concentra el 89,7% de los siniestros laborales de tráfico en los que están implicadas bicicletas o patinetes.
En el caso de las motocicletas, aunque el porcentaje es algo menor, sigue siendo elevado: un 62,5% de los accidentes también ocurren in itinere.
Estos datos reflejan una realidad cada vez más visible: el aumento del uso de medios de transporte alternativos y ligeros en la rutina diaria está vinculado directamente con la siniestralidad laboral, especialmente en los momentos de mayor tránsito.
Según los datos difundidos por Umivale Activa, las motocicletas ocupan el segundo lugar en cuanto a vehículos que más accidentes laborales de tráfico con baja generan, solo superadas por los automóviles.
Por su parte, bicicletas y patinetes se sitúan en la cuarta posición de este ranking, por delante de camionetas, furgonetas y vehículos pesados como camiones o autobuses.
Este orden pone de manifiesto la necesidad de adoptar medidas preventivas específicas para este tipo de vehículos, cuya presencia en el entorno laboral va en aumento, pero que muchas veces no cuentan con la misma protección ni regulación que otros medios de transporte.
Para disminuir el riesgo de accidentes laborales de tráfico con bicicletas, patinetes y motocicletas, resulta esencial apostar por estrategias preventivas tanto para los trayectos in itinere como para los desplazamientos durante la jornada laboral.
Fomentar el uso del transporte público entre las personas trabajadoras.
Establecer rutas de empresa para el traslado colectivo del personal.
Promover el carpooling o coche compartido para reducir el número de vehículos individuales.
Ofrecer flexibilidad horaria para evitar las horas de mayor congestión y reducir el estrés asociado.
Implantar el teletrabajo en aquellos puestos donde sea viable, disminuyendo así los desplazamientos.
Planificar con antelación las rutas laborales para evitar zonas de tráfico conflictivo.
Evitar, en la medida de lo posible, los desplazamientos en horario nocturno.
Programar pausas durante los trayectos largos para prevenir la fatiga.
Realizar revisiones periódicas y mantenimiento adecuado de la flota de vehículos.
Controlar y reducir las distracciones al volante, como el uso del teléfono móvil o el GPS mientras se conduce.