Las
políticas desarrolladas por la Dirección General de Tráfico para reducir la
siniestralidad y el número de fallecidos siguen dando sus frutos años tras año
consiguiendo rebajar el número de accidentes considerablemente.
Sin embargo,
el asfalto nacional está aún lejos de ser el mejor de Europa con más de 3.500
kilómetros de carretera con un alto índice de peligrosidad, en total un 14 por
ciento de la red nacional, tal como señala un reciente estudio elaborado por EuroRAP.
Son sin duda
unas cifras más que preocupantes, aunque si tenemos en cuenta que en el año
anterior, el 2013, los kilómetros que representaban un riesgo elevado para la
circulación eran un 11,2 por ciento más hasta llegar a los casi 4.000
kilómetros de tramos negros, el balance es a priori positivo.
En cualquier
caso, lo que si es seguro es que los 208 tramos considerados como "negros"
plantean un reto a la planificación y reparación de carreteras, más aun
sabiendo que dentro de estos dos centenares de kilómetros, encontramos 83
trazados considerados como "de alto riesgo de accidente", en total más de 1.250
kilómetros de carretera.
Hablando en
términos regionales, las comunidades autónomas de Galicia, Cataluña y Asturias
son las que mayor concentración de tramos de accidentes tienen. No es de
extrañar atendiendo a la circunstancia de que son las regiones con más áreas
montañosas, lo que hace que la conducción sea considerablemente más compleja
que en lugares de llanuras como puedan ser Castilla-La Mancha o Valencia.
Y es que
entre las tres regiones de más riesgo acumulan la friolera del 57 por ciento de
los tramos de carretera peligrosos estando entre ellas muy igualadas, pues
mientras que Galicia es la que mayor número de estos kilómetros acumula con el
19 por ciento, Cataluña y Asturias quedan en valores ligeramente inferiores con
el 18,9 y el 18,8 por ciento respectivamente.
En busca del
tramo más peligroso de España, el punto más negro lo encontramos en la
población de Casar de Talamanca, en Guadalajara, en el que son más de 11 los
kilómetros que obtienen esta lamentable denominación tras haber acumulado en
los últimos tres años un total de diez accidentes de gravedad en los que dos
personas perdieron la vida y doce más tuvieron heridas de gravedad.
Al trasladar
estos datos al mundo de los seguros, es fácil comprender que una póliza contratada
para una u otra región tenga valores de contratación completamente diferentes.
Así, en Galicia, por ejemplo, se registran algunos de los valores más altos
para la adquisición de un seguro de coche en España, mientras que en otras áreas
geográficas, al haber menor riesgo de accidente, los seguros son
sustancialmente más económicos.