La bajada de ventas y matriculación de coche nuevo que se ha dado en los últimos años como consecuencia de la crisis económica ha hecho que el parque automovilístico haya ido envejeciéndose hasta alcanzar una media de más de 11 años en los coches que circulan por nuestras carreteras.
Obviamente, las averías que los vehículos han ido teniendo ha
aumentado también con el paso del tiempo, y al haber disminuido la capacidad
económica de los conductores han aumentado el número de personas que ofrecen
servicios de reparación de forma ilegal y sin ningún control ni económico ni de
calidad.
En ocasiones, estos talleres son fácilmente reconocibles por
el lugar en el que están ubicados o porque no esconden incluso su condición de
irregular. Sin embargo, en otras situaciones estos talleres pretenden hacerse
pasar por establecimientos que cumplen con todas las obligaciones y garantías,
de forma que puedan mantener sus tarifas en valores similares a los que
cualquier otro taller.
Para reconocer cuáles son los talleres comúnmente conocidos
como ilegales, la empresa de software GT Motive ha elaborado una lista de los
puntos en los que un conductor debe fijarse para tener la seguridad de que se
trata de un taller adecuado.
En primer lugar, la empresa especializada explica que todo
taller autorizado debe tener un distintivo que así lo indica tal como una placa
o logotipo de los organismos competentes.
Señala también que dentro del funcionamiento habitual que se
le puede exigir a un taller, este debe entregar un presupuesto por escrito, ya
sea físicamente o mediante correo electrónico, en el que se detalla el coste
total de la reparación y cada uno de los conceptos que suman el montante final.
Además, si finalmente el presupuesto fuera aceptado por el
cliente, el responsable del taller está obligado a entregar un resguardo que
acredite que el vehículo objeto de la reparación queda depositado en el
establecimiento, pues si en algún momento sucediera un robo o desastre natural,
sería el seguro del taller el que tendría que hacerse cargo de la reposición
del automóvil.
Una vez arreglado el coche, el cliente tiene derecho a
recibir documentación que demuestre que la reparación se ha realizado en dicho
taller. Para comenzar, el cliente debe solicitar la factura de reparación con
la que se podrán alcanzar beneficios fiscales si el propietario fuera una
empresa, además de que servirá como garantía si se volviera a dar la misma
avería como consecuencia de una praxis.
El responsable de la reparación tendrá también la obligación
de recibir las piezas sustituidas como muestra de la reparación, pues será una
muestra más de que se ha hecho efectivo el arreglo.
Por último, el mejor indicativo de que estamos en el taller
correcto será el contacto que mantenemos con el establecimiento, pues la forma
en la que se ponen en contacto con nosotros y los cauces que utilizan pueden
ser un buen indicativo.
En cualquier caso, es importante comprobar y consultar de
forma previa a la reparación que se van a dar todas estas condiciones, pues si
se autoriza a la reparación antes de hacerlo puede traer problemas legales en
el futuro y la reclamación será más tediosa y larga. Como se suele decir… más
vale prevenir que curar.