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Todo gran torneo deportivo cuenta, además de con las grandes cifras económicas que giran en torno a los sueldos y primas de los jugadores, con otras cantidades que resultan astronómicas para el ciudadano de a pie y que no dejan indiferente a nadie dentro o fuera del mundo del deporte.
En este caso han sido los importes que la Federación Española de Baloncesto (FEB) ha pagado por asegurar a sus jugadores lo que ha llamado nuestra atención, pues la suma total ha ascendido hasta 270.000 euros en primas para garantizar el bienestar de los seleccionados y la inversión de sus equipos de procedencia.
Pero las primas que dan cobertura a los jugadores no son ni mucho menos equitativas, pues aunque el precio medio de la póliza es de en torno a unos 22.500 euros por personas, cada uno de los 12 integrantes tiene un coste diferente para la Federación.
Concretamente, estas diferencias hacen que, de los 270.000 euros totales pagados en primas, el importe abonado para asegurar a los jugadores NBA sea cercano a los 150.000 euros, 20.000 euros más que las primas pagadas por los jugadores ACB, que ascendió a 120.000 euros.
Sin embargo, pese a la variación en el precio del seguro de cada uno, la diferencia de entre jugadores no fue tan grande como se pueda pensar, pues tal como indicó Luis Giménez, director financiero de la FEB, la diferencia entre el jugador más costoso de asegurar y el menos costoso no llegó a los 20.000 euros.
Diferencias entre competiciones
Pese a que efectivamente las diferencias no son grandes entre los jugadores nombre a nombre, en lo que si hay diferencias generales es entre la procedencia de unos y otros jugadores, pues al llegar desde la ACB y la NBA las condiciones son sustancialmente diferentes.
En primer lugar, los jugadores de la ACB contaron con una cobertura que duplicaba sus seguros, ya que si por un lado era efectivo el seguro proporcionado por la FEB, también lo fue otro contratado por FIVA, que también garantizaba la muerte e incapacidad permanente de los jugadores.
Respecto a la NBA, los jugadores estaban cubiertos por dos pólizas diferentes: la contratada por la FEB, que cubría la incapacidad por lesión y el pago de la nómina del jugador hasta final de contrato si no pudiera continuar jugando; y la propia de la NBA, regida por un convenio entre Federación Internacional de Baloncesto (FIVA) y NBA. Obviamente, como en otros tipos de empleos, el importe final a pagar depende siempre de la edad del jugador, así como de su salario y duración de contrato.
En ambos casos, también fue contratado un seguro de viajes y accidentes, de forma que en todos sus desplazamientos la Selección Española de Baloncesto estuvo plenamente asegurada.