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Como cualquier otro tipo de vehículo a motor que circula por las carreteras españolas, todos los taxis han de tener una póliza de responsabilidad civil obligatoria que es contratado por el conductor del vehículo de forma anual, como norma general.
Este tipo de producto, que puede llegar a ser muy económico en el caso de vehículos privados, sube considerablemente de precio en el caso de un seguro para taxi, aunque el precio final depende, como en obvio, de las características personales del conductor, el área geográfica de trabajo del taxista y el tipo de vehículo que se va a asegurar.
Aunque por norma general el taxista es un profesional del volante y el automóvil para él, es una herramienta de trabajo y así lo trata y lo mantiene, lo cierto es que dada su actividad está muy expuesto a tener una frecuencia siniestral alta ya que hace una cantidad muy importante de kilómetros por vías urbanas, esto quiere decir que el principal de riesgo de cara a las compañías aseguradoras no es el siniestro grave de daños corporales, sino que la tendencia es a tener pequeñas colisiones que afecten principalmente a la carrocería, lo que popularmente se conoce como "golpes de chapa". El riesgo de frecuencia siniestral aumenta especialmente cuanto mayor sea la ciudad y más denso sea su tráfico. Mucho más barato por ejemplo son los seguros de taxi sin taxímetro, ya que estos vehículos suelen usarse en zonas rurales y hacen más kilómetros por vías interurbanas.
Fundamentalmente, como hemos visto, el hecho de que se recorran más kilómetros, significa que hay un mayor riesgo estadístico de que ocurra un accidente, además de que lo hacen habitualmente en un entorno con tráfico denso propio de las ciudades, lo que se reflejará en el precio de la póliza.
Por otro lado, el taxi español suele ser normalmente un vehículo lo suficientemente grande como para adaptarse a un mayor número de pasajeros o de equipaje siendo vehículos generalmente más grandes que los coches convencionales con tarifas evidentemente superiores en el taxi.
Otra circunstancia que encarece el seguro es el tipo de responsabilidad que debe tener este vehículo que al transportar habitualmente clientes tiene que cubrir la asistencia a pasajeros, por lo que no todos los tipos de póliza que pueden ser aptos para vehículos privados lo pueden ser también para taxis.
Es importante tener en cuenta que actualmente es habitual también que los taxis sean conducidos por más de un conductor, de forma que el taxi esté constantemente circulando, en ocasiones incluso en tres turnos de 8 horas, por lo que el vehículo nunca deja de circular.
A la hora de asegurar un taxi, el funcionamiento de las diferentes pólizas de seguro para taxi que podemos encontrar es muy similar al de cualquier otro tipo de vehículos teniendo para elegir entre las siguientes modalidades.
Tiene únicamente la responsabilidad civil obligatoria que cubre los daños a terceros y, en el caso del taxi, los daños a los pasajeros del propio vehículo y el conductor.
Incluye la responsabilidad civil obligatoria de la misma forma que el terceros básico, pero además se responsabilizará de la reparación de las lunas, el robo y el incendio en caso de que se produjera y por supuesto asistencia en viaje. Algunas aseguradoras incluyen la cobertura de préstamo para reparaciones, que puede ser muy útil para el taxista porque en el caso de producirse un siniestro por su culpa la compañía de seguros podría financiarle la reparación, lo que es muy útil ya que al tratarse de una actividad profesional paralizarla supondría una pérdida de ingresos.
Existe, al igual que en otros casos, la modalidad de todo riesgo con franquicia, de forma que a partir de una franquicia determinada pactada previamente entre las dos partes será el seguro para taxi el que se encargará de todos los costes de reparación del taxi. Esta franquicia suele ser de como mínimo 600 euros. El todo riesgo con franquicia es muy habitual entre los taxis ya que por un lado la franquicia libera a la aseguradora de hacerse cargo de pequeños golpes que aumentarían la frecuencia por encima de la prima técnica y por otro lado beneficia al taxista ya que el automóvil es su herramienta y caso de tener un siniestro de importancia podría restituir la inversión realizada en ese vehículo que es su medio de trabajo
Cubre cualquier daño que se produzca en el vehículo. Dependiendo de las diferentes compañías y pólizas las garantías que puede dar cada contrato para taxi son diferentes. Algunos contratos, por ejemplo, pueden incluir indemnizaciones o vehículos de sustitución para que el conductor del taxi siga trabajando durante la reparación del vehículo. Otras ofrecen también indemnizaciones durante el tiempo que el conductor pueda estar de baja tras un accidente. Habitualmente este tipo de cobertura sin franquicia esta reservada para los taxis sin taxímetro que como ya hemos comentado tienen menor frecuencia de siniestros